EL GATO

 La noche caía sobre la ciudad mientras Ana caminaba por las calles vacías. Recién separada de su esposo, se sentía sola y vulnerable. Sus pensamientos eran un torbellino de miedos y dudas mientras se adentraba en el laberinto de callejones oscuros.

De repente, un maullido la hizo detenerse en seco. Un gato negro la miraba fijamente desde el otro lado de la calle. Ana sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Había algo en la mirada del animal que la inquietaba.

Siguió caminando, tratando de ignorar al gato, pero este la seguía con la mirada. Ana comenzó a sentirse perseguida y aceleró el paso. Finalmente llegó a su edificio y subió corriendo las escaleras hasta su apartamento.

Una vez dentro, cerró la puerta con llave y se dejó caer en el sofá, temblando. Miró su celular y vio que tenía una llamada perdida de un número desconocido. Decidió devolver la llamada.

Al otro lado de la línea, una voz distorsionada le habló: “Tienes que resolver el misterio si quieres sobrevivir”. La llamada se cortó y Ana quedó en shock.

Pasaron los días y Ana comenzó a investigar. Descubrió que había una leyenda sobre una mujer que había sido asesinada en su edificio hace muchos años. La mujer tenía un gato negro y había sido traicionada por su esposo.

Ana comenzó a atar cabos y se dio cuenta de que el gato negro que había visto era el espíritu de la mujer asesinada. Y el misterio que tenía que resolver era encontrar al verdadero asesino.

Finalmente, después de muchas noches sin dormir y días de investigación, Ana descubrió la verdad. El asesino era alguien que nadie sospechaba: el conserje del edificio.

Ana lo confrontó y el hombre confesó todo. Fue arrestado y Ana finalmente pudo descansar en paz. Pero lo más sorprendente fue lo que descubrió después: el gato negro había desaparecido y en su lugar había un hermoso gato blanco.

Ana se dio cuenta de que había resuelto no solo el misterio del asesinato, sino también sus propios miedos internos. Había encontrado la fuerza para enfrentar sus temores y salir victoriosa.